En los sectores de embalaje y logística, la eficiencia se mide en términos de productividad, fiabilidad, prestaciones y seguridad. La capacidad de un sistema para resistir ciclos intensos y reducir los tiempos de producción se traduce directamente en ahorros económicos, como la fiabilidad de los componentes seleccionados que garantiza la inclusión de los costes de mantenimiento y el aumento de la productividad del sistema.